El por qué del anonimato perpetuo
Es la razón de una vida, o al menos la razón que me gustaría embocar en la mía. El anonimato perpetuo.
Quisiera pertrecharme tras un vaso de bourbon. Años cincuenta. Camisa de algodón blanca y corbata negra. Mis dedos están amarillentos del Camel sin filtro. En la sala, penumbra y Chet Baker, de caballo hasta los huevos cantando que se enamora con demasiada facilidad.
Años de medias francesas, olor a colonia de postguerra, rubias de bote por arriba y moreno inalcanzable por abajo. Morenas que se entregan a una causa que gustan de llamar amor. unos dedos acarician un piano mientras una voz tañe en mi estómago como si de mi propia alma se rebelara, la voz se funde con una trompeta, es, sigue siendo Baker.
Nadie me conoce, nadie me juzga, yo solo bebo, escucho, me emborracho de todo y comienzo mi anonimato perpetuo
0 comentarios